FENALCO Bogotá Cundinamarca expresa su preocupación frente al proyecto de resolución recientemente publicado por la Administración Distrital, cuyo propósito es reglamentar el funcionamiento de las zonas de rumba con permiso para operar hasta las 5:00 a.m.
Si bien el Gremio respalda la ampliación de horarios nocturnos, el proyecto de resolución no solo excluye históricas zonas de rumba reconocidas por administraciones anteriores, sino que además genera una nueva desigualdad dentro de las mismas zonas donde sí permite operar a bares y discotecas hasta las 5:00 a.m., pero no permite operar hasta el mismo horario a otros establecimientos formales que también venden licor, como tiendas de conveniencia, billares y supermercados 24 horas, impidiéndoles operar en igualdad de condiciones. Esta diferenciación, sin sustento técnico ni jurídico claro, agrava aún más la inequidad afectando a negocios que cumplen la ley, pagan impuestos y hacen parte esencial de la economía nocturna de la ciudad.
En ese sentido, la petición del Gremio radica nuevamente es en modificar directamente el Decreto 293, por las problemáticas reales que genera, sobre las cuales FENALCO Bogotá ha advertido desde su presentación como proyecto. Entre ellas la restricción injustificada de horarios (10:00 a.m. – 11:59 p.m.) para otros establecimientos que venden licor como tiendas, supermercados, grandes superficies y billares, entre otras actividades. En plena temporada decembrina, esta limitación impediría que un ciudadano pueda adquirir una botella de vino para una ancheta antes de las 10:00 a.m., o que puedan comprar bebidas alcohólicas en tiendas de conveniencia después de las 11:59 p.m. para llevar a sus casas. O la exigencia de insonorización preventiva para establecimientos que no lo requieren, lo que incrementa sus costos operativos sin un sustento técnico claro.
Juan Esteban Orrego, director de FENALCO Bogotá Cundinamarca, aseguró que “lo que hemos solicitado desde el Gremio es libertad para todas las actividades formales y legales; y restricciones únicamente donde haya problemas de orden público. Las prohibiciones horarias generalizadas no resuelven los conflictos de convivencia, pero sí alimentan la informalidad y perjudican al comercio que hace las cosas bien”.